Punto de quiebre… No he dejado de pensar en él… No sé a quien busco engañar con mi marcha triunfante a la dulce tierra del “ya te olvide”... basto un par de detalles: un gesto amable, una sonrisa dulce, un roce de sus manos para que mi estructurada plataforma de “no me importa que te vayas” se hiciera trizas en la madrugada del domingo recién pasado.
Hoy no pude disimular frente a su mirada…
Hoy quisiera tenerlo cerca para poder contarte los desafíos que he aceptado…
Quisiera escuchar un silencioso “felicitaciones” o un abrazo fuerte para sentir que esta conmigo.
Hace algún tiempo escuche que se necesita menos de un segundo para enamorarse pero a veces toda la vida para olvidar… Me reía de lo cursi de la frase… puedo aceptar que nunca lo olvide, pero sé que llegara un amor que volverá a ilusionar estas ansias de ser constructora de momentos mágicos con otro.
La formalidad del trato, el silencio de mi celular, su ausencia en mis planes de cada día me recuerdan que ya hay pasos dados… aprendí a convivir con el miedo de ya no ser importante a sus ojos… de convertirme en un recuerdo… y de aceptar que lo amaba más de lo que yo misma habría reconocido.
Según mi amiga, me di el gusto de extrañarlo… según yo… según yo soy víctima de la nostalgia… según la experiencia… va ha dejar de doler… según la fe… todo se pasa y Dios no se muda…
Y mientras espero que la primavera haga conmigo lo que hace con los cerezos, escribo aquello que jamás le dire, secretos de amor resguardados por una Ada verde que llegó a ser mi compañera...
Algo en mí esta disperso…
No hay comentarios.:
Publicar un comentario