miércoles, mayo 31

La marcha de los Pingüinos

La primera vez que hable a favor del movimiento secundario fue con mi padre una mañana camino a la oficina mientras escuchábamos a Sergio Campos, quien entregaba desde su tribuna diaria de Radio Cooperativa un burdo análisis de las actividades de los estudiantes calificándolas de pequeñas, aisladas y sin razones de peso.
Para él y como para muchos, los hechos que llevaban en segunda línea editorial las últimas dos semanas no era más que un pretexto de los escolares para no ir a clases y buscar soluciones soñadoras al alto costo de la Prueba de Selección Universitaria y el uso limitado del pase escolar... que equivocados estuvimos!, que poco esperamos de los hijos de la democracia.


Yo soy parte de la generación anterior, soy hija de la dictadura. Horrible nombre que se origina porque nací y fui criada bajo la opresión militar liderada por el alicaído Augusto Pinochet y no porque este a favor de ella.
Cuando en 1983, el país se movilizo motivado por la crisis económica yo tenia apenas 6 años y la verdad, no tengo importantes recuerdos de ello. Por el contrario, puedo describir las noches de cacerolazos, el helicóptero que volaba a pocos metros de los techos de las pocas casas que existían en el paradero 17 de La Florida y tararear sin apuntes el himno la canción del NO, que aprendí sin comprender el valor que existía detrás de casa frase.
Cuando Aylwin llego a la Moneda yo entraba ala Divina Pastora para cursar primero medio y las palabras "Senador" y "Diputado" no eran parte de mi lenguaje. Jamás analice la calidad de mi educación y sólo en la USACH escuche proclamas y fui parte de movilizaciones por el arancel diferenciado. Lo que tenia claro, que si mi papá no hubiese hecho un sacrificio (que se noto cada fin de mes en mi casa) yo no hubiese podido estudiar.
Marche a las puertas del Ministerio, ayude a tomarme la Escuela de Periodismo, pinte grandes letreros exigiendo demandas de igualdad y respeto, pateé bombas lacrimógenas, me senté en el suelo de la Alameda impidiendo que pasaran las micros, arranque del guanaco y una vez camino a la micro de los carabineros (se pronuncia paco) en calidad de detenida fui transada por un amigo que tomo mi lugar... mi único amigo de la USACH.
Las razones eran justas y estábamos motivados, pero los grandes discursos a medida que el tiempo pasaba se iban achicando. Comenzábamos por Arancel Diferenciado, por créditos para los hijos de los trabajadores, por derecho a la educación universitaria pero la verdad es que terminábamos pidiendo cambio de computadores y alfombras para las salas más heladas...
Ayer me encontraba en pleno corazón de la protesta de los "Pingüinos", los escuche opinar sobre los avances de la mesa, las esperanzas de su lucha, fui testigo de los abusos de Carabineros y como en medio de los secundarios hay idiotas bastante mayorcitos que buscan cualquier pretexto para lanzar una piedra o romper un paradero.
He seguido mediáticamente a sus dirigentes - niños de 16 o 17 años - y me he sorprendido en la profundidad de su análisis. Es verdad que no serán ellos los que generen los tecnicismos de la necesaria y urgente reforma educacional, pero han sido ellos los que han iniciado el camino. Hoy se quieren unir a la fuerza de su movimiento los profesores, los padres y apoderados, los dueños de colegios... sin duda, es una problemática social, pero han sido ellos, los hijos de la democracia, quienes lograron sentar a una ministro a escuchar y analizar sus propuestas, mover a un país entero e incluso lograr un Comité Político de emergencia en La Moneda.
Esto recién comienza señores!!!...

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